Difracción
La difracción ocurre con cualquier tipo de onda, como ser las luminosas, los rayos x, etc. Pero los sonidos musicales poseen longitudes de onda que varían de 0,03 m a 12 m, siendo, por lo tanto, muy difractables.
Es cuando una onda cambia de dirección al bordear el contorno de un objeto o al pasar por un agujero. La difracción depende de la relación de tamaño entre la longitud de onda y las dimensiones del objeto o agujero. Si las dimensiones de éstos (es decir, del objeto o del agujero) son más chicas que la longitud de onda, se produce difracción.
Cuando una onda incide sobre una superficie en la cual hay una abertura, pueden ocurrir dos cosas: Si la abertura es grande en relación a la longitud de onda, ésta pasa sin dispersarse; pero si la abertura es más pequeña, la onda se dispersará al pasar a través de la misma, propagándose luego como si se hubiera originado en ella.
En caso de que la longitud de onda sea menor que el objeto o el agujero, se produce reflexión y, por consiguiente, sombra acústica, no habiendo difracción.
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